Las Mujeres De Obregón, Camándula -precio libros-  Editores  Elektra  ISBN 9586014347

Ubicación:  A0007 

Las Mujeres de Obregón" es un libro escrito por Rosario del Castillo Pardo, conocida por su seudónimo Camándula. Publicado en 1993, la obra es una especie de "retrato" en palabras de la vida amorosa y las relaciones del reconocido pintor colombiano Alejandro Obregón.

La idea del libro surgió después de la muerte de Alejandro Obregón en 1992, cuando Camándula comenzó a recopilar recuerdos y testimonios de amigos cercanos del artista. La obra explora la faceta de Obregón más allá de su pintura, centrándose en las mujeres que marcaron su vida y su inspiración.

El título del libro se inspira en una frase atribuida a Obregón: "Está bien que los hombres se mueran, pero las mujeres no." Esta frase, que sirve de epígrafe a la obra, encapsula la profunda admiración y quizás reverencia que el pintor sentía por las mujeres.

Las Mujeres De Obregón, Camándula -precio libros- Editores Elektra ISBN 9586014347

$40.000
1 en stock
Las Mujeres De Obregón, Camándula -precio libros- Editores Elektra ISBN 9586014347 $40.000
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Las Mujeres De Obregón, Camándula -precio libros-  Editores  Elektra  ISBN 9586014347

Ubicación:  A0007 

Las Mujeres de Obregón" es un libro escrito por Rosario del Castillo Pardo, conocida por su seudónimo Camándula. Publicado en 1993, la obra es una especie de "retrato" en palabras de la vida amorosa y las relaciones del reconocido pintor colombiano Alejandro Obregón.

La idea del libro surgió después de la muerte de Alejandro Obregón en 1992, cuando Camándula comenzó a recopilar recuerdos y testimonios de amigos cercanos del artista. La obra explora la faceta de Obregón más allá de su pintura, centrándose en las mujeres que marcaron su vida y su inspiración.

El título del libro se inspira en una frase atribuida a Obregón: "Está bien que los hombres se mueran, pero las mujeres no." Esta frase, que sirve de epígrafe a la obra, encapsula la profunda admiración y quizás reverencia que el pintor sentía por las mujeres.